miércoles, 18 de abril de 2018

La política mundial de los Estados Unidos

El peligro de la balcanización de América Latina
La política mundial de los Estados Unidos



Estados Unidos, como todo el gran capital internacional está en crisis desde hace años por la baja de la tasa de ganancia y una de sus consecuencias, la sobreproducción.

Hay muchas estadísticas que describen los ciclos de la tasa de ganancia, incluyendo períodos en que supuestamente aumenta. Pero se pueden hacer estadísticas para cada una de las visiones económicas. Son necesarias, pero insuficientes. Hay que tener en cuenta qué datos toman, qué criterio utilizan para evaluarlos, quién recauda esa información, qué categorías estándar se aplican, y se podría seguir con una larga lista de condicionamientos que hace que las estadísticas no puedan considerarse en general de un valor de verdad indiscutible.

Sin embargo los economistas, principalmente los ortodoxos, explican y justifican sus posiciones en base a estadísticas. Hasta la primera mitad del siglo XX la discusión económica se basaba en distintas teorías con coherencia lógica, en primer lugar, y en segundo lugar apoyadas en estadísticas.

A partir de ese momento todo se pasó a explicar en base a estadísticas. No se tenía en cuenta su capacidad de explicación de la realidad, ni su verosimilitud, sino los datos estadísticos. Obviamente el principal objetivo era “justificar” las políticas del capital concentrado.

Al capital sólo le interesa el valor de cambio, el valor que tienen las mercancías que es el tiempo de trabajo necesario para producirlas, mientras que el valor de uso, su utilidad práctica, es para el capitalista sólo un medio para apropiarse de ese valor de cambio.

La forma más reduccionista y simple de explicar la caída de la tasa de ganancia es el aumento de la composición orgánica del capital, es decir, la proporción entre maquinaria y mano de obra.
En los comienzos del capitalismo la mayor parte de la producción se realizaba en base al trabajo humano. En la actualidad la mayor parte se realiza en base a maquinaria. Y este cambio se profundiza cada vez que aumenta la tecnología. Teniendo en cuenta la velocidad y retroalimentación de la revolución tecnológica en curso, la proporción de trabajo humano que contienen las mercancías es cada vez menor y por lo tanto su valor unitario disminuye permanentemente.

Como la ganancia es apropiación de valor, de trabajo humano, la tendencia a la baja de la tasa de ganancia es inevitable.

Lo que sucede es que el capital concentrado utiliza todo tipo de recursos para elevar esa tasa de ganancia por mecanismos que no tienen directamente que ver con producir y vender y apropiarse del plusvalor producido por sus obreros.

A esto se agrega la manipulación de las estadísticas para producir informes que hablan de períodos de aumento de la “rentabilidad”.

El ejemplo más simple del engaño estadístico es el aumento del ingreso medio de la población. Un reducido grupo de la población aumenta sideralmente su riqueza, y la mayor parte baja su ingreso: como consecuencia sube el ingreso promedio de la población.

Una consecuencia de la baja de la tasa de ganancia es la sobreproducción. Como la producción a máquina disminuye la proporción de trabajo humano que contienen las mercancías, y por lo tanto su valor. Para obtener la misma masa de ganancia se necesita vender mayor cantidad. Y hoy en día la sobreproducción ha alcanzado unas dimensiones tan grandes que el mercado mundial resulta insuficiente para vender toda la gran producción.

El gran capital estadounidense necesita el mercado interno de Rusia y China. Toda su estrategia tiene ese objetivo principal. Mientras tanto saquea todo lo que puede el resto del mundo, como sucede hoy en Argentina y Brasil, entre otros países.

Estados Unidos necesita dominar el mundo. Un método que usa permanentemente es la balcanización de los países y regiones. Lo hizo en los Balcanes y lo está haciendo en Medio Oriente. Y América Latina no está exenta de ese peligro.

La balcanización de Medio Oriente le sirve para dominarlo, y también para ir cercando a Rusia y China. Las “revoluciones” naranjas o golpes blandos en los países del Este y en el Asia Central lograron instalar gobiernos favorables a EEUU y esto va recortando poco a poco el área de influencia de China y Rusia. Éstos están perfectamente enterados y van elaborando estrategias para impedir el avance de EEUU.

La alternativa última es la guerra, pero si bien Rusia y China tienen armamento y tecnología como para poner en duda un eventual triunfo bélico de EEUU, su estrategia es tratar de evitarla.
En cambio en Estados Unidos hay dos estrategias del gran capital estadounidense para dominar el mundo, los denominados globalistas y americanistas.[1] Los primeros buscan aliados subordinados para lograr esta dominación. Los segundos están a favor de fortalecer el poderío económico y militar de EEUU para llevar a cabo una ofensiva unilateral tanto en el aspecto económico como el militar.
La ofensiva de Trump en Siria responde a la estrategia americanista. No es una locura de Trump, más allá de cuál sea su salud mental.

Y dentro de esa estrategia, la balcanización es una herramienta fundamental. Para llevarla a cabo utiliza los intereses económicos de los capitalistas de cada región. En primer lugar la explotación de las riquezas naturales de cada región, como el petróleo, el litio, el oro y gran cantidad de minerales necesarios para la producción y distribución mundiales. También los prejuicios religiosos y raciales. La artificiosa división política de los países, como en el caso de los kurdos.[2]

Crea y utiliza movimientos de todo tipo, provocando enfrentamientos múltiples y logrando dividir para reinar, balcanizando para dominar.

En el norte argentino existen grandes reservas de litio, mineral esencial para productos de moderna tecnología. Estos yacimientos se extienden al norte de Chile y al sur de Bolivia.

La formación de un nuevo Estado en toda la zona trinacional del litio garantizaría el control de este mineral al mismo tiempo que comenzaría la balcanización de América Latina. La alianza de Gerardo Morales y sus similares de Chile y Bolivia con EEUU permitiría esta operación.

Un ataque contra Venezuela de grupos paramilitares generados en Colombia podría generar apoyos y rechazos del resto de los países latinoamericanos, lo que también podría constituir el inicio de una guerra balcanizadora en América Latina.
 
Las posibilidades son muchas. Lo que es indudable es que la política del sector americanista del gran capital estadounidense, representado por el gobierno de Trump, desarrolla esta estrategia progresivamente en todo el planeta, con el eje puesto en China y Rusia.

Carlos A. Larriera
18.4.2018

[1] Germán Gorraiz López, ¿Han caído Rusia y China en la trampa siria de EEUU?, https://www.alainet.org/es/articulo/192243; Gabriel Esteban Merino, Los tratados comerciales y las luchas globales en la era Trump, Realidad Económica n° 313, 1° de enero al 15 de febrero de 2018.
[2] Germán Gorraiz López, ídem.

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