domingo, 1 de mayo de 2016

Primera movilización del conjunto de los trabajadores bajo el nuevo gobierno

Primera movilización del conjunto de los trabajadores bajo el nuevo gobierno



La gran movilización obrera del 29.4.2016 constituye la verdadera votación del pueblo. Mucho más genuina y representativa que el ballotage de diciembre 2015 entre Macri y Scioli donde resultó ganador el primero por alrededor de dos puntos.

El resultado de esa elección nunca reflejó la verdadera preferencia de la mayoría de la población, sino que fue principalmente producto de una campaña publicitaria ideada por Durán Barba y otros asesores para producir un shock de votos volátiles y pasajeros pero que podrían garantizar el triunfo electoral. Esta campaña se basó en influenciar el voto centrista, el más vulnerable y el voto de una parte de la juventud, como la que concurre a la escuela secundaria, para la que usaron una legión de militantes en los colegios y los barrios, seguramente paga, utilizando dinero en abundancia proporcionado en parte, por Paul Singer, titular del principal fondo buitre, y otras fuentes del gran capital internacional.

La movilización de ayer es la verdadera votación porque abarca a la mayoría del pueblo argentino, el sector asalariado, incluida la clase obrera. Queda afuera solamente una parte de la clase media, cuya dimensión es incierta.

Cierto que se basa en la experiencia de despidos, inflación, aumentos de tarifas, etc., de los últimos cuatro meses postelectorales, pero esto ha posibilitado a la población comprender mucho más cabalmente cual es la verdadera política del macrismo.

No cabe duda que después de la multitudinaria movilización de ayer, que como sucede siempre, representa a muchos más que no fueron pero que adhieren, la opinión pública predominante se ha transformado de un día para el otro, objetivamente, en contraria al gobierno.

El segundo aspecto que se destaca es que los dirigentes de las organizaciones obreras convocantes han ocupado el centro de la escena, si bien formalmente sindical, con implicancias políticas objetivas, compitiendo de hecho con el posicionamiento de Cristina Fernández de Kichner. La base social para luchar contra la política del gobierno es la que estuvo movilizada ayer. Las posibilidades concretas de dirigir la resistencia está en manos de estos dirigentes. Cristina no puede ofrecer una alternativa mejor, porque el resto de la base social con posibilidades de resistencia es solamente una parte incierta de la clase media, mucho más volátil e inestable que el movimiento obrera. Aunque es cierto que Cristina tiene una capacidad de convocatoria que incluye una buena parte de los que se movilizaron ayer. Pero Cristina, y el FPV en particular no tienen,  todavía al menos, un plan de resistencia concreto, mientras que los sindicalistas están en condiciones de canalizar la resistencia natural de los trabajadores a la ofensiva del capital concentrado representado en este gobierno.

Desde ya que estos dirigentes distan mucho de ser combativos y consecuentes en la lucha. El mejor y más comprometido es Yasky. El otro extremo es Moyano, que en los últimos tiempos ha sido más empresario que dirigente sindical. Junto con Miceli y Caló, son los tres burócratas sindicales. Es probable que Moyano negocie con Macri nuevamente, o siga las negociaciones, como lo revela su discurso conciliador con éste. Detectaron que la base de los trabajadores estaba muy inquieta y actuaron para evitar que los desbordara. Pero es sólo la foto del día. Lo que sí es muy importante es que no hay otros que tengan capacidad de convocatoria nacional, porque están aprovechando el lugar que históricamente ocupó la CGT como convocante del conjunto de los trabajadores. Y es muy difícil que surjan a corto plazo dirigentes de base realmente combativos que tengan esa capacidad de convocatoria.

El surgimiento de estos dirigentes combativos de base es necesario y muy importante, pero todavía no hay noticias, por lo menos de dominio público, de que esto suceda. Y también sería importante que alcanzaran dimensión nacional, incluido el poder de convocatoria. Pero no es algo sencillo ni fácil, no sucede siempre. Muchas veces después de muchos intentos de consolidar una resistencia efectiva surgida desde las bases sin resultados importantes comienza a predominar el desánimo.

No hay ninguna certeza de que los manifestantes agrupados en organizaciones sindicales respondieran normalmente a Moyano, por ejemplo, o cualquiera de los cuatro. Pero aprovecharon que era una convocatoria nacional para concurrir masivamente. Lo mismo sucedió con un número elevado de trabajadores no encuadrados específicamente en organizaciones sindicales.

Obviamente que esto solamente es la instantánea del día. No se puede predecir que sucederá, dependerá de muchos factores que todavía no se han desarrollado, de cómo pueda evolucionar en lo sucesivo la situación política, así como la política efectiva que desarrollará la propia Cristina, y si estos dirigentes se mantienen consecuentes al frente de la resistencia y se animan a elevarla a nivel político, lo que de hecho es muy improbable.

Desde ya que si todo el proceso desemboca en una alternativa electoral que canalice pacíficamente la resistencia, la principal candidata es Cristina Fernández de Kirchner, a pesar de todo. Para competir con esa candidatura estos dirigentes deberían transformarse en verdaderos dirigentes políticos, perfil que hasta ahora nunca han tenido cabalmente.

El tercer aspecto que hay que señalar es que en la convocatoria y en los discursos de los titulares de las 4 centrales obreras hubo un claro llamado a la unidad, reforzado por la propia unidad de los dirigentes, con promesas incluso de concretar una sola CGT. Lo más importante de esto es que instala en la base de los trabajadores esa idea de unidad, fundamental para el éxito de la resistencia.

En cuarto lugar hay que preguntarse si lo sucedido ayer se desarrollará hacia una verdadera oposición política al gobierno macrista, o se limitará a reclamos contra despidos, disminución del salario real, etc.

Incluso puede suceder que los sectores que avancen hacia una dimensión más política busquen la dirección de Cristina Kirchner si estos dirigentes mantienen su liderazgo en los límites reivindicativos, sindicales.

Carlos A. Larriera

1º.5.2016

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