domingo, 17 de mayo de 2015

¿Se cae o no el mundo?



Presidenta Cristina y periodista Zlotogwiazda:
¿Se cae o no el mundo?



La Presidenta afirmó el 12.5.2015: “Frente a un mundo que se cae estamos sosteniendo la economía con el consumo interno”. En un comentario al pasar en su programa en Radio del Plata del 13.5 Marcelo Zlotogwiazda negó tal circunstancia mundial alegando que las economías de EE.UU. y China estaban creciendo. Lo de China es indudable pero la crisis de EE.UU. continúa más allá de pequeños vaivenes.

El comentario de la Presidenta está en línea en buena medida con la situación internacional,  mientras que la posición de Zlotogwiazda revela poco conocimiento de los alcances de la crisis capitalista mundial.

Ni la Presidenta ni este periodista se basan en el socialismo científico, pero mientras Cristina está atenta a los datos de la realidad, el conductor del programa La vuelta de Zloto se limita a reproducir las poco confiables estadísticas difundidas por los economistas ortodoxos, agentes del capital concentrado internacional.

De acuerdo al socialismo científico la crisis mundial se debe fundamentalmente a la tendencia a la baja de la tasa de ganancia, que se manifiesta en forma extrema en los países llamados desarrollados. Más que tendencia a la baja ésta se puede considerar hoy una realidad que se agrava día a día.

A medida que se desarrolla el capital, la tendencia a la concentración y centralización es una dinámica normal bajo el capitalismo. Sucede inevitablemente en todo lugar en que el capital va alcanzando diversos grados de crecimiento. Esto es así porque la concentración es, en última instancia, la única forma de evitar la baja de la tasa de ganancia. Obviamente sólo lo evitan quienes salen triunfantes en esta concentración. Porque en toda concentración hay grandes capitales que quiebran y desaparecen del mercado. Su ganancia pasa a ser la ganancia de los triunfadores en la concentración.

La ola de fusiones, absorciones o adquisiciones de empresas, por su enorme dimensión, certifica el tamaño de esta concentración. 

Y es tan grande la baja de la tasa de ganancia en la producción, que las empresas industriales y comerciales recurren a través de bancos y financieras de distinto tipo a la especulación en gran escala, a la búsqueda de obtener dinero con dinero, sin relación con el proceso de producción. Ese capital ficticio es por lo menos diez veces mayor que el capital real dedicado a la industria. Frente a la baja de la tasa de ganancia en la producción y la crisis de sobreproducción derivada de ella, las empresas de todo género recurren masivamente a la especulación. Pero el dinero producido por esta vía es capital ficticio que tarde o temprano debe ajustarse al nivel del capital real, el capital productivo. Esto es así porque el capitalismo está regido por la ley del valor.

Toda esta inmensa burbuja, este capital ficticio, tarde o temprano tiene que estallar. Hace décadas que viene estallando parcialmente, en todas las crisis que se vienen produciendo, donde quedan tendales de empresas en el camino, y multitud de empresas y personas ven devaluado su capital.

Si la burbuja no ha estallado masivamente se debe al conjunto de condiciones políticas y militares que sostiene artificialmente el actual estado de cosas. Pero éste no se puede mantener indefinidamente, y todo indica que no se mantendrá por mucho tiempo más. Del lado económico el estallido se puede postergar porque ya no estamos en un sistema capitalista de más o menos libre competencia, sino en un capitalismo oligopólico que puede, hasta cierto punto y provisoriamente en el tiempo, mantener los precios artificialmente altos así como su participación dominante en el mercado.

Obviamente no se puede predecir cómo se va a ajustar el capital ficticio al nivel del capital productivo, que es el capital real, y si ese ajuste será de una sola vez, un estallido global, o por la sumatoria de estallidos parciales. Tampoco se puede predecir si se producirá en los próximos meses, o en los próximos años. Pero lo que es seguro es que sucederá inevitablemente y todo indica que no será dentro de mucho tiempo.

Carlos A. Larriera

17.5.2015