jueves, 19 de marzo de 2015

¿Cómo defender a Venezuela?

¿Cómo defender a Venezuela?



La amenaza de Obama a Venezuela, al gobierno de Nicolás Maduro y al proceso bolivariano, plantea un peligro cierto de agresión militar norteamericana sobre territorio venezolano.

EEUU tiene muchos motivos para invadir Venezuela, entre ellos que necesita su petróleo, la mayor reserva mundial, y la que está más cerca de Norteamérica. Pero también tiene motivos para no hacerlo. No es tan fácil. Según Modesto Emilio Guerrero[1] la amenaza es cierta, hay que estar preparados, pero en el actual contexto nacional e internacional las agresiones militares de EEUU al proceso bolivariano no necesariamente van a ser inmediatas, inminentes o inexorables. 

Sobre las posibilidades de agresión militar dice Atilio Borón: Cuando un “estado canalla” como Estados Unidos, que lo es por su sistemática violación de la legalidad internacional, profiere una amenaza como la que estamos comentando hay que tomarla muy en serio.” “Especialmente si se recuerda la vigencia de una vieja tradición política norteamericana consistente en realizar autoatentados que sirvan de pretexto para justificar su inmediata respuesta bélica.”[2]

De manera que las posibilidades de agresión militar son ciertas pero no inexorables. Pero, en caso de una invasión ¿Cuál debe ser la política a desarrollar por el pueblo venezolano y del resto de A. Latina?
Maduro, con la ayuda de Rusia, ya está realizando operativos militares para una eventual defensa.

No es una buena señal. Una guerra Venezuela-Estados Unidos sólo puede favorecer a este último. El estado venezolano sigue siendo un estado capitalista. El aparato militar capitalista de Venezuela contra el de EEUU no tiene ninguna chance de ganar. Si se entra en la lógica de la guerra EEUU tiene todo por ganar. Es su política internacional, intervenir en países, generar divisiones entre los pueblos, utilizar una fracción de un pueblo contra otro, utilizando para ello toda clase de operativos de inteligencia, entre ellos el conocido como “pelea de perros”.[3]

En la primera guerra mundial el bolchevismo planteaba que la política correcta era transformar la guerra imperialista en revolución, y que la derrota del propio país en la guerra imperialista era el mal menor. El mal mayor era someter al pueblo a la dictadura del zarismo potenciada por su intervención en la guerra. Es famoso el caso alemán, donde en la segunda Sesión de guerra del Reichstag, del 2 de diciembre de 1914, Karl Liebknecht votó contra el Presupuesto de Guerra, mientras el resto del partido socialista alemán votó a favor, traicionó el socialismo y la revolución, y se autocondenó al reformismo más decadente.

No es la misma situación. Es materia discutible llamar a una guerra entre EEUU y Venezuela una guerra interimperialista. Pero sí será inevitablemente una guerra interburguesa en la cual una de las partes es un país imperialista y cuyas políticas incluyen justamente ahogar las revoluciones democráticas en guerras interburguesas. Los últimos casos de Irak, Libia, Ucrania, son ejemplos a tener en cuenta.

La respuesta no debe ser la guerra sino continuar con el proceso de transformaciones en Venezuela, transformar la profundización de la democracia actualmente en curso en una revolución democrática plena, y tomar las medidas radicales en la economía que hasta ahora el gobierno venezolano no se ha animado a tomar. En la crisis económica actual en Venezuela es fundamental la escasez de divisas, a pesar de que, a diferencia de Argentina, el 95 % de las divisas provenientes de la exportación venezolana ingresan directamente a la empresa estatal petrolera PDVSA. A pesar de esta circunstancia hay escasez de divisas en Venezuela porque estas se van por sobrefacturación de importaciones y por fuga de divisas a través de los bancos. Evitando estas dos últimas circunstancias la economía de Venezuela podría crecer sin sobresaltos imposibles de manejar.[4][5] Se trata entonces de estatizar la banca, las importaciones, expropiar la propiedad terrateniente y medidas similares que coloquen efectivamente el control de la economía en manos del gobierno venezolano.

La respuesta a una posible invasión bélica norteamericana debe ser la revolución social en Venezuela. ¿Invaden? Es hora de profundizar el proceso, transformarlo en verdaderamente revolucionario, tanto desde el punto de vista de la revolución democrática como de las medidas económicas imprescindibles. Tanto más que la revolución democrática es necesaria para que exista suficiente poder del pueblo como para realizar las estatizaciones y expropiaciones mencionadas.

EEUU se vería ante una disyuntiva. Si invade, se transforma el proceso bolivariano en una verdadera revolución social. Si no invade tal vez siga el proceso como hasta ahora con avances y logros encorsetados bajo el capitalismo de la democracia burguesa. Es necesario cambiar la lógica de la guerra por la lógica de la revolución.

Si se acepta sin más la guerra con EEUU y se pone todo el aparato burgués venezolano al servicio de esa guerra, toda la llamada revolución bolivariana, lejos de transformarse en una verdadera revolución, perderá todos los avances logrados, más aún, retrocederá más atrás todavía de cómo estaba el país cuando estalló el Caracazo de 1989.

Aceptar la guerra implica que todo el operativo bélico se pondrá bajo las órdenes del estado burgués venezolano. Mandará la burguesía mucho más que ahora. Se ahogaran bajo ese mando todos los avances económicos, sociales y democráticos en el altar de la guerra, a la que se la podrá presentar seguramente, pero falsamente, como guerra “revolucionaria”. Una verdadera guerra revolucionaria sólo puede existir después de haber triunfado una revolución democrática en el país, después de haber reemplazado de raíz el actual aparato estatal burgués por un estado proletario, y después de haber expropiado al gran capital concentrado y la propiedad terrateniente.

Sin el triunfo de la revolución en Venezuela, la guerra será una guerra reaccionaria, por más buenos deseos que tenga el movimiento bolivariano liderado por Maduro, y probablemente al poco tiempo también se convierta en una guerra fratricida entre distintos sectores del propio pueblo venezolano, como sucedió en Yugoslavia, sucede en Libia, en Siria, en Irak, en Ucrania, etc.

Existirá seguramente la objeción siguiente: si no se enfrenta militarmente a EEUU este arrasará con el país en poco tiempo.

Es posible. Pero mucho más lo arrasará si no se profundiza el proceso, si no se lo transforma en verdadera revolución social y si se reemplaza la lucha unida del pueblo por una guerra fratricida entre hermanos.

Arrase o no arrase EEUU la política debe ser la misma, transformar el proceso actual en verdadera revolución, utilizar como “excusa”, por así decirlo, la invasión para avanzar en la revolución democrática y socialista.

Y esto será una “defensa” verdadera. Mucho más si en el resto de los procesos populistas progresistas de América Latina se produce el mismo avance hacia la revolución social.

Sería la peor alternativa para EEUU y la mejor para los pueblos.

Y esto cuando no sabemos si estará cerca o lejos el despertar de la revolución democrática en el propio EEUU.

Es un tema difícil y complejo. Como siempre se debe resolver la política correcta en cada coyuntura concreta. Se debe conocer en profundidad todos los procesos que han llevado a la situación actual para tener claro el significado real de una guerra burguesa, contrarrevolucionaria, contra la invasión norteamericana.

Resulta entonces necesario plantear los ejes políticos principales a tener en cuenta para no confundirse en la vorágine de los acontecimientos.


Carlos A. Larriera
19.3.15




[1] El actual escalamiento del gobierno de EEUU contra Venezuela y el proceso bolivariano, tiene precedentes que obligan a preocuparse, pero al mismo tiempo aparece en un contexto que debe ser considerado para no ser víctimas de golpes de efecto y falsas impresiones.
Una cosa es lo que el enemigo desea, otra lo que puede. La decisión ejecutiva de Obama contra siete funcionarios venezolanos y la declaración de Venezuela como "una amenaza" para ellos, obliga a incluir en la agenda bilateral la posibilidad de acciones armadas. Pero esa sola decisión no significa que vayan a ser inmediatas, inminentes o inexorables. 
En el medio actúan demasiados factores internacionales y nacionales y consideraciones que los jefes del imperialismo deberán considerar.” ¿Hasta dónde se atreverá Obama contra Maduro y Venezuela?, 11-03-2015, Modesto Emilio Guerrero, Rebelión,
[3] Ver Thierry Meyssan, por ejemplo: Tenemos que recordar que, desde el desmembramiento de Yugoslavia, el estado mayor estadounidense ha experimentado y puesto en práctica en numerosos países su estrategia conocida como «pelea de perros», que consiste en matar miembros de la comunidad mayoritaria y matar después miembros de las minorías para lograr que ambas partes se acusen entre sí y que cada una de ellas crea que la otra está tratando de exterminarla. Fue así como Washington provocó la guerra civil en Yugoslavia y, últimamente, en Ucrania”. ¿UN 11 DE SEPTIEMBRE EN PARÍS? ¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo? por Thierry Meyssan,
[4] Claudio Katz, Las batallas de Venezuela, 20.12.14, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193415
[5] Ver también de Víctor Álvarez R.: Pro y contra de la devaluación, miércoles 13.2.13,
y Principales retos económicos de Nicolás Maduro, Martes, 30/04/2013,

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