viernes, 27 de febrero de 2015

Alrededor del caso Nisman

Alrededor del caso Nisman

Existe algo esencial para entender el caso Nisman pero casi nadie lo menciona y mucho menos le da su verdadera importancia: desde el primer día EEUU e Israel rechazaron cualquier investigación que no involucrara a Irán. Esto es fundamental y es un eje que atraviesa todo el problema.[1]

Si EEUU e Israel no querían que se siguiera ningún otro curso de investigación que no fuera Irán, cabe pensar que alguno de esos otros cursos los involucraba directa o indirectamente. Por consiguiente es indudable que EEUU e Israel tuvieron algo o todo que ver con el atentado a la AMIA.

Por otro lado, si exigían por todos los medios, que se condenara sin más a Irán, cabe pensar que por ese lado nada podría involucrar a EEUU e Israel. Esto sin tener en cuenta la campaña anti-Irán que han estado desplegando durante años.

Estas reflexiones estaban y están al alcance de cualquier ciudadano común. No se necesita la “ayuda” de algún servicio de inteligencia para darse cuenta.

Esto quiere decir que todos los dirigentes que siguen la política impulsada por EEUU e Israel actúan como sus operadores políticos sin ninguna ingenuidad, con pleno conocimiento de que están tapando a los verdaderos responsables del atentado a la AMIA al señalar a Irán como el autor indiscutible y prohibir cualquier otra línea investigativa.

De la misma manera si la CIA y el Mossad siempre tuvieron influencia directa sobre la SIDE, no se puede pensar entonces que Stiuso, nombrado en 1972, haya pasado toda la dictadura militar sin someterse a los designios de la embajada de EEUU y de los servicios secretos norteamericanos e israelíes.

Tampoco es creíble que Nisman obraba con ingenuidad al seguir las indicaciones de Stiuso y EEUU. Siguió la misma línea. Tapó todo curso de investigación salvo Irán y sobre Irán no hizo nada significativo. Sí podría haber habido ingenuidad en Nisman en cuando a confiar que no le soltarían la mano.

Existe también un hecho que revela claramente la intencionalidad de la acusación a Irán: En los 20 años transcurridos desde el atentado a la AMIA la CIA y el Mossad no han presentado una sola prueba. Si “sabían” que el responsable del atentado era Irán no resulta creíble que no tuvieran o no pudieran conseguir pruebas.

Es obvio que EEUU e Israel tapan la verdadera pista que, en mayor o menor medida, los afecta, la desvían hacia Irán, que poco o nada tiene que ver, y no pretenden probar nada, solamente que se acepte internacionalmente, sin juicio previo, que Irán es el culpable.

En este cuadro de situación ¿Cuál fue el objetivo del fiscal Nisman al presentar una denuncia sin ningún fundamento acusando al gobierno de encubrimiento de la “culpabilidad” de Irán?

La acusación es tan endeble, infundamentada, imposible de comprobar, que es obvio que ése no era el objetivo. ¿Cuál era entonces el objetivo? El mismo objetivo que se ha perseguido en todas las campañas destituyentes de éste y otros gobiernos (Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Honduras, Paraguay, Ucrania, etc.) desprestigiarlos, desgastarlos y si es posible destituirlos. En este caso instalar en la opinión pública la idea de que el gobierno está encubriendo al culpable del atentado a la AMIA, y de esta forma difamarlo, quitarle votos y en lo posible, destituirlo.

¿Cuáles son las verdaderas causas de la muerte del fiscal Nisman? Hay varias posibilidades, sólo enumeraremos dos o tres.

1) Que en la sesión parlamentaria del lunes siguiente a su muerte habría quedado demostrada en forma irrefutable, la absoluta falta de fundamentación de la acusación de Nisman y de esa manera, hubiera quedado en evidencia que se trataba de un operativo político, lo cual hubiese terminado perjudicando a la oposición política.

     En esta hipótesis el objetivo de la muerte de Nisman habría sido impedir que concurriera al Congreso.

    2) Una segunda posibilidad es que el verdadero objetivo fuera acusar al gobierno del asesinato de Nisman. Se trataría de instalar que el gobierno intentó de esa manera impedir que se descubriera su supuesto encubrimiento de la responsabilidad de Irán. Se promovería la idea de que el gobierno es corrupto, pero impune, y cuando alguien amenaza esa impunidad, el gobierno lo mata y continúa con su impunidad.
Aquí probablemente se correspondería con las palabras de la Presidenta: “lo utilizaron vivo, lo necesitaban muerto”.

Ahora bien, todos los datos recabados hasta ahora demuestran que la muerte de Nisman fue suicidio. Pero las hipótesis que mencionamos apuntan a que lo mataron. Si alguna de estas dos hipótesis fuera correcta, que hayan inducido a Nisman al suicidio o que hayan perpetrado un asesinato supersofisticado, no cambia el fondo del asunto. Nisman no murió por su propia voluntad, sino que de una manera u otra, fue llevado a la muerte. Que todo fue un operativo contra el gobierno –en especial contra la presidenta- está fuera de duda.

Hay muchas formas de “inducir” al suicidio, una de ellas es: “si no te suicidás, matamos a tu familia”. Sería probablemente, por ejemplo, el caso de Yabrán en la Argentina. Una metodología mafiosa muy conocida. “Inducir” al suicidio se puede lograr de muchas maneras.

¿Qué pasó después de la muerte de Nisman? No se consiguió el objetivo perseguido, no se desprestigió al gobierno lo suficiente, las perspectivas de votación al FPV en octubre no han cambiado mucho.
Por esa razón se produce una nueva ofensiva. Las denuncias de Lanata, la acusación de Carrió, de Laura Alonso, de Patricia Bullrich, la presentación del fiscal Gerardo Pollicita. Parches para enderezar un operativo chapucero que no viene consiguiendo sus objetivos. Si los conseguirá de ahora en adelante está por verse.
Lo más grave de todo es, como siempre, el grado en que la población crea en las acusaciones contra el gobierno. Ese objetivo persiguen primariamente todos los operativos destituyentes. Dado que la oposición destituyente no controla el Poder Ejecutivo ni el Congreso, utiliza su gran influencia en el Poder Judicial y en el cuasimonopolio de la TV, la radio y los diarios, para sostener esta ofensiva contra el gobierno. También utiliza o utilizaba hasta su intervención, a la SIDE.

Otra cuestión que no se tiene suficientemente en cuenta y que es fundamental es la política exterior de EEUU, repetida en innumerables países y en plena vigencia en la actualidad. Dentro de esta política se encuentran los llamados golpes blandos, “revoluciones” naranja, operativos destituyentes, provocación de guerras civiles, etc. Sin este marco histórico e internacional no se puede entender ni evaluar el caso Nisman. Son formas de destituir gobiernos que no son golpes militares clásicos, pero que han tenido una gran eficacia en multitud de países. Los ejemplos son innumerables y no es posible nombrarlos todos aquí. Los derrocamientos de Fernando Lugo en Paraguay y Manuel Zelaya en Honduras estuvieron en manos de parlamentos que, en nombre de la "democracia", pusieron fin a un proyecto de renovación en ambos países”, comenta, por ejemplo, Pedro Brieger.[2]

Y hay otros ejemplos en A. Latina contra Correa, Evo Morales, etc., que fueron frustrados. El caso de Venezuela es paradigmático, no sólo el golpe directo contra Chavez en 2002, luego derrotado, sino el último intento contra Maduro finalmente también abortado. Las permanentes campañas destituyentes en Venezuela son multifacéticas, y se repiten constantemente.

Cabe mencionar la política promovida por Zbigniew Brzezinski[3], sintetizada en frases como: El populismo es la nueva amenaza”.[4]Brzezinski dijo que la dominación estadounidense ya no era posible debido a una aceleración del cambio social impulsado por “la comunicación instantánea de las masas con medios como la radio, la televisión e Internet”, que acumulativamente han estimulado “un despertar universal de la conciencia política de las masas”.” [5]
Sobre la política de Brzezinski se pueden leer numerosos artículos que, entre otras cosas, ejemplifican su política destituyente recurriendo a variantes de golpes blandos.
También Thierry Meyssan habla de otras acciones dentro de la misma política exterior de EE.UU.: Tenemos que recordar que, desde el desmembramiento de Yugoslavia, el estado mayor estadounidense ha experimentado y puesto en práctica en numerosos países su estrategia conocida como «pelea de perros», que consiste en matar miembros de la comunidad mayoritaria y matar después miembros de las minorías para lograr que ambas partes se acusen entre sí y que cada una de ellas crea que la otra está tratando de exterminarla. Fue así como Washington provocó la guerra civil en Yugoslavia y, últimamente, en Ucrania [6].”[6]
También se pueden citar escritos sobre los intentos golpistas en Venezuela en autores como James Petras[7], Atilio Borón, Modesto Emilio Guerrero y muchos otros.
Sobre el libro De la dictadura a la democracia de Gene Sharp, concebido como un manual de autoayuda para la desestabilización, se puede leer una interesante nota de Walter Goobar.[8]
Las denuncias sobre las diferentes técnicas de desestabilización, destitución y golpes blandos son abundantes y pertenecen a prestigiosos estudiosos, politólogos, periodistas, etc. Y los ejemplos de estas operaciones, muchos de ellos exitosos, abundan igualmente.
Habría que mencionar también el caso local de la destitución de Aníbal Ibarra del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Más allá de la responsabilidad que puede realmente haber tenido, y como Jefe de Gobierno tenía obviamente responsabilidad, la acusación sirvió para destituirlo y en los hechos reemplazarlo por el PRO de Mauricio Macri, que todo indica que tenía mayor responsabilidad aún en la cadena de corrupción que creó las condiciones de la tragedia.
Cabe mencionar que Macri pertenece a las internacionales de derecha, que trabajan permanentemente en estos planes destituyentes.[9]
Una nota editorial de La Nueva del 21.2.2015 Semejanzas dice: El chavismo venezolano que, en punto a prácticas despóticas, es el hermano mayor del kirchnerismo, acaba de dar una prueba más de su discrecionalidad. Agentes del servicio de inteligencia arrastraron al jefe comunal de Caracas acusándolo de formar parte de un complot golpista. La conspiración, según el presidente, Nicolás Maduro, contaría con el apoyo de Madrid, Bogotá y Miami. ¡Así de disparatado! No hay que descartar en atención a la similitud de los dos regímenes, que una estrategia igual o parecida a la de los chavistas sea puesta en práctica, tarde o temprano, por Cristina Fernández. En su desesperación de perder el poder a fin de año y ante la posibilidad de ser procesada, no sería de extrañar que el gobierno inventase un complot para justificar luego una represión enderezada contra la oposición.”[10]

Es un excelente ejemplo, un intento fallido de golpe de estado en Venezuela se presenta como una excusa del gobierno venezolano para reprimir a la oposición. Se inventa un carácter despótico en el gobierno de Venezuela y se presenta como un hecho irrefutable la semejanza con el gobierno argentino del que se teme que invente también un golpe de estado para reprimir a su propia oposición interna. Asombrosa capacidad de mentir, inventar realidades que no existen, intentar un golpe de estado y denunciar al gobierno agredido como agresor para seguir desgastándolo al mismo tiempo que se defiende a los golpistas frente la aplicación de la ley.

Esto guarda también similitud con la denuncia de Carrió de un autogolpe del gobierno argentino el 1° de marzo, definiendo este golpe como el juicio político a jueces y fiscales. En este “razonamiento” se presenta la misma manipulación: frente a la posibilidad cierta de que una parte del Poder Judicial está llevando adelante un golpe blando contra el gobierno argentino, entonces Carrió da vuelta los hechos y acusa al gobierno de un autogolpe que consistiría en juzgar a los jueces y fiscales golpistas.

Esta capacidad de mentir, inventar, deformar, retorcer, dar vuelta los hechos, presentar una realidad que no existe, es un núcleo fundamental en la estrategia de desarrollo de las distintas variantes de “golpes blandos”.

En el caso Nisman con nada, absolutamente nada, sin ninguna prueba, sin ningún hecho, operan sobre la opinión pública instalando la presunción de que el gobierno, más en concreto la Presidenta de la nación, mató a Nisman para seguir ejerciendo su impunidad.

La estrategia central es lograr que una parte importante de la población crea las afirmaciones destituyentes, no necesariamente que lo crea la mayoría del pueblo, pero sí que constituya un número suficiente como para sustentar la destitución del gobierno. Esa es la búsqueda permanente. Fracasó el intento de desestabilizar con los fondos buitres, fracasó otro intento en enero 2015 de provocar una nueva brecha cambiaria, llegaron entonces a provocar o por lo menos, a utilizar la muerte de Nisman, pero se empantanaron, no les salió bien, y hasta es posible que les termine jugando en contra si llega a quedar en evidencia para la mayoría de la población su operativo destituyente. Entonces recurren a parches, reflotan el caso Boudou, sale Carrió como avanzada de un posible golpe del Poder Judicial.

Pero se encuentran con un gobierno que sabe defenderse, que les complica y les desarma intento tras intento, que probablemente realice una movilización multitudinaria el 1° de marzo en apoyo al gobierno y contra el golpe blando, movilización que transformará en irrelevante el 18F, un gobierno que investiga y encuentra pruebas fehacientes de delitos por parte de Stiuso, etc. Y que seguramente. estará preparando alguna estrategia para desarticular a la parte golpista del Poder Judicial.

La oposición destituyente, representante político del capital concentrado y centralizado internacional, ha acatado la orden de EEUU e Israel de acusar a Irán y descartar toda otra línea de investigación. Esto pinta de cuerpo entero a la oposición y le quita toda autoridad para opinar o acusar. Aún en el caso extremo de que hoy alguien ingenuamente crea en la política de EEUU, de ninguna manera se puede acatar sus órdenes incondicionalmente como hace esta oposición.

El gobierno ha aceptado “luchar contra el terrorismo internacional” en general  e investigar la pista iraní. Pero nunca denunció a los enemigos de EEUU como terroristas. Y con la pista iraní propuso empezar por interrogar a los acusados iraníes. Esto podría ser una forma de descartar la pista iraní sin un enfrentamiento abierto con EEUU en el caso de efectuarse los interrogatorios y revelar fehacientemente la inexistencia de la responsabilidad iraní. Sería una táctica comprensible desde el punto de vista de la relación de fuerzas con EEUU. En cambio, que EEUU ordene a sus operadores políticos argentinos que no se lleven a cabo esos interrogatorios genera inevitablemente la sospecha de que lejos de que puedan producirse evidencias de la culpabilidad iraní, en esos interrogatorios se puedan conocer elementos que señalen responsabilidades de EEUU e Israel en el atentado a la AMIA.

El capital concentrado y centralizado internacional impulsa esta ofensiva a través de sus representantes locales porque necesita hacerlo para superar su propia crisis. Necesita apoderarse de los mercados internos de todos los países, empezando por los de Rusia y China, pero también los de los llamados países “emergentes”. Los populismos de América Latina (Argentina, Bolivia, Venezuela, Ecuador, etc.) constituyen un obstáculo para sus planes, al que busca eliminar tarde o temprano. La oposición destituyente es su herramienta política en todos estos países.

En Argentina la probabilidad del triunfo del FPV en octubre ha llevado a una desesperación creciente de la oposición. Ha intentado y seguirá intentando desprestigiar al gobierno frente a la mirada del pueblo para que pierda las elecciones y en una apuesta de máxima destituirlo antes de que cumpla su mandato.

Hasta el fallo contundente del juez Rafecas, la posibilidad de un intento de golpe blando liderado por el Poder Judicial no podía descartarse. Ahora esa perspectiva parece diluirse e incluso el fallo parece ser el principio del fin de este operativo destituyente. Seguramente se sucederán intentos de revitalizarlo pero probablemente sin mucha efectividad. Lo que hace pensar en la probabilidad de un nuevo operativo mucho más agresivo que el actual.

La movilización proyectada para este 1° de marzo en contra del operativo destituyente y en defensa de los avances democráticos y de las mejoras logradas bajo este gobierno promete ser multitudinaria. Es bueno y es necesario que lo sea.

Carlos A. Larriera
27.2.2015





[1] Nadie puede pedir que me calle sobre el caso Nisman: Cristina Fernández, 31.1.2015, Stella Calloni, La Jornada, “La causa AMIA fue obstaculizada por Washington y Tel Aviv desde el día posterior al atentado contra la mutual judía, imponiendo la culpabilidad del gobierno iraní, sin haber podido presentar ninguna prueba hasta este momento. Incluso ahora los mensajes desde Israel están marcando claramente que se mantenga esta misma línea, lo que lleva a un camino sin salida, a favor de los intereses estratégicos de ambos países.”
[2] El golpe de estado contra Lugo fue perfecto, Pedro Brieger, 25.4.2013, Telam.
[3] Estratega del Pentágono, ex asesor de Seguridad Nacional de EE.UU. Fue consejero de Seguridad Nacional del gobierno del presidente de Estados Unidos Jimmy Carter.  Descripto por el presidente Barack Obama como “uno de nuestros pensadores más destacados”.
[4] Ver “El populismo es la nueva amenaza”, Miradas al Sur n° 237, domingo 2 de diciembre de 2012.
[5] Ídem.
[6] ¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo?, Thierry Meyssan, http://www.voltairenet.org/article186413.html
[7] Quieren provocar un golpe, James Petras, 23.2.14,
[9] Ver, por ejemplo, “14.04.2013 | Fuerzas internacionales y aliados locales buscan impulsar una restauración neoconservadora, La derecha española quiere imponer un ‘Partido Popular’ latinoamericano, por Martín Ferreyra,
[10] Artículo de tapa del diario La Nueva, de Bahía Blanca, (ex.-La Nueva Provincia) del 21.2.2015, Editorial, Semejanzas, http://www.pressreader.com/argentina/la-nueva/20150221

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