lunes, 27 de enero de 2014

La devaluación, el día después

LA DEVALUACIÓN, EL DÍA DESPUÉS




El capital concentrado y centralizado internacional (CCyCI) logró finalmente una devaluación importante dado que el valor del dólar pasó de 6 pesos en noviembre de 2013 a 8 pesos ayer 24 de enero de 2014[1]. Para frenar el crecimiento cada vez más acelerado de la brecha cambiaria el gobierno decidió fijar el dólar en 8 pesos, lo que también por otro lado constituye un contraataque de su parte. De poder mantener el Banco Central esa cotización todos aquellos que apostaron a más de 8 perderían dinero. Si esto sucediera sería una advertencia para todos los especuladores con el valor de la divisa. También puede suceder que el CCyCI mueva todas sus fichas para que el lunes 27 de enero se produzca una demanda extraordinaria de dólares con la finalidad de bajar una gran cantidad de reservas del Banco Central y poner al gobierno en una nueva encrucijada, porque es obvio que éste no puede dejar que las reservas bajen más allá de cierto límite. Pero si esta demanda extraordinaria no se produce, evidentemente bajará el dólar blue y, en principio, tenderá a estabilizarse en un cierto precio bastante más bajo que 13 pesos el dólar. Esto sería un afianzamiento relativo del gobierno en caso de producirse.

Ahora bien, el panorama que se abriría en estas circunstancias es el del encarecimiento generalizado de las importaciones, con sus potenciales efectos inflacionarios. Por otro lado los exportadores obtendrían una gran competitividad cambiaria. Pero la propia industria exportadora y la dedicada exclusivamente al mercado interno verían encarecidos sus insumos. Y también sucedería esto con el comercio. Por otro lado, de trasladarse a los precios el aumento del costo de las importaciones, también se elevarían los precios de aquellos productos de íntegra producción local, por un efecto “contagio”. Si todo esto sucediera, habría una inflación generalizada, que podría ser moderada o acercarse al porcentaje de la devaluación, o aún más. Esto afectaría a los salarios que podrían llegar a ver muy disminuido su poder adquisitivo real. Este punto también fue uno de los objetivos del CCyCI: establecer muy bajos salarios. Otro de los objetivos del CCyCI fue la ganancia que obtienen muchos de sus integrantes, como los grandes exportadores.

Todo esto plantea un panorama nuevo e incierto. El primer dato que hay que tener en cuenta es si efectivamente el gobierno logra anclar el dólar en 8 pesos, con la aceptación principalmente del conjunto de la burguesía y la clase media. Que esto suceda es muy problemático, en los próximos días se verá.

También habrá que estar atento a las nuevas ofensivas del CCyCI, y a las respuestas del gobierno a estas ofensivas o a nuevas iniciativas del equipo gobernante.

Si se estabiliza el dólar a 8 pesos, habrá que ver en cuánto tiempo se concretan en una dimensión significativa los planes del gobierno de inversiones y créditos extranjeros para fortalecer las reservas, suficiente para conseguir un nivel de reservas que pueda resistir los ataques del CCyCI.
Si esto sucede, el gobierno obtendrá una fortaleza relativa que le permitiría en alguna medida avanzar en su plan de crecimiento industrial con inclusión social, aunque probablemente está inclusión se verá bastante disminuida.

Justamente impedir el avance del plan de industrialización del gobierno fue una de las razones fundamentales para esta ofensiva renovada destinada a agrandar a niveles insostenibles la brecha cambiaria que ha venido realizando el CCyCI. A pesar de todas sus debilidades, si el gobierno logra con préstamos no leoninos, e inversiones para infraestructura y desarrollo industrial, en primer lugar un gran nivel de reservas, y en segundo lugar avanzar en el crecimiento industrial, el CCyCI se verá dificultado para ejercer su hegemonía en forma indiscutible y directa. A esto hay que agregar que a medida que transcurra el tiempo el gobierno podría ir concretando su objetivo de profundizar la sustitución de importaciones, tanto en energía, como en la industria en general, pasando por la industria electrónica. Si se lograra una importante sustitución de importaciones aumentaría significativamente el superávit comercial. Con el dólar estabilizado habría posibilidades de que bajen los exacerbados gastos por turismo y tarjeta de crédito en el exterior, de que los importadores no anticipen sus importaciones y que los exportadores no demoren la liquidación de sus exportaciones, y la desesperación por el blue podría moderarse notoriamente.

Este posible panorama difícilmente sea bien visto por el CCyCI, porque consolidaría al gobierno, aumentaría su base social y en consecuencia, sus votos podrían mantenerse o aumentar y por lo tanto subirían las posibilidades de un triunfo del FPV en las elecciones del 2015 con un candidato comprometido con el crecimiento con inclusión social (CIS), y el CCyCI vería postergada la posibilidad de una influencia directa y total sobre el futuro gobierno. Para evitar este panorama, y reemplazarlo por un futuro gobierno electoralmente elegido fiel y sumiso al CCyCI es que éste ha desatado toda esta campaña devaluatoria que ha concluido, al menos por ahora, con el dólar a 8 pesos.
También hay que tener en cuenta otra de las herramientas del CCyCI, una alta inflación, que en estos momentos es muy posible que suceda. La causa principal de la inflación es la extranjerización y oligopolización de la mayor parte de la producción industrial, situación que este gobierno hereda de la dictadura militar y el menem-cavallismo. Los oligopolios pueden aumentar los precios discrecionalmente, y cualquiera sea el gobierno tiene muy pocas posibilidades de impedirlo dada la naturaleza del capitalismo. Alta inflación y pronunciada brecha cambiaria son los arietes del CCyCI para crear una situación económica insostenible para el gobierno, y de esa manera lograr un total dominio sobre él. Sea el actual o el surgido de las próximas elecciones, gane el FPV o la oposición.
Hay que esperar entonces probables nuevas ofensivas del capital concentrado. Que esta ofensiva existe lo corrobora la maniobra de la Shell difundida en los medios de comunicación. El hecho de pedir comprar 3.500.000 de dólares a 8,70 cuando estaba a 7,30 es una prueba irrefutable de su intencionalidad.

La respuesta del gobierno, derrotado en su primer intento de reducir la brecha, ha sido muy riesgosa, ha pagado el costo político de aceptar una devaluación impuesta, contradiciendo sus promesas de no devaluar y ha abierto la puerta para una inflación acelerada que reduzca el salario real y complique para la adquisición de insumos a la industria, y también al comercio, aunque el gobierno se favorece al ganar en competitividad la industria para exportar al exterior, favoreciendo la estrategia de obtención de más divisas y la sustitución de importaciones.

Pero las políticas del gobierno siguen centrándose en medidas que eludan un enfrentamiento más o menos directo con los empresarios, en particular el CCyCI. Las medidas que se necesitan tomar son la estatización del comercio exterior y los bancos, única manera de optimizar su control, aunque nunca se lo podrá lograr completamente bajo el capitalismo. El gobierno se niega a tomar estas medidas, así como se niega a ayudar a elevar la conciencia de la población sobre el problema, con lo que se priva del apoyo necesario para tomarlas y potencia su situación de debilidad frente a la ofensiva del CCyCI.

Con qué rapidez aumentarán las divisas con inversiones y créditos extranjeros, hasta qué punto se mantendrá estable el dólar en 8 pesos, cuál será el aumento de la inflación y la caída del salario real, cuánto perjudicará a la industria y el comercio el aumento del valor de los insumos y los bienes, qué nuevas ofensivas y boicots implementará el capital concentrado, son las incógnitas que se irán develando en los próximos días y semanas. Cualquier cambio pronunciado en cualquiera de estas variables distorsionará toda la situación actual y entraremos en otra muy distinta.

Carlos A. Larriera
25.1.14





[1] 18.11.2013           a           $ 6,004
   21.1.2014             a           $ 6,885
   24.1.2014             a           $ 8,000. Fuente: BCRA.

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